Los mineros han extraído azufre del cráter del Kawah Ijen en Indonesia durante más de 40 años. Algunos trabajan durante la noche, junto a la luz de un azul eléctrico que emana el ácido sulfúrico del volcán.
A medida que se desvanece la luz del día, comienza a ascender un brillo incandescente desde las profundidades del cráter del Kawah Ijen. El líquido sulfúrico surge de una de las brechas en el borde del cráter a una temperatura de 115ºC; las llamas azules que desprende entre gases tóxicos pueden llegar hasta los 5 metros.
Los mineros extraen trozos de azufre y los transportan a la entrada del cráter, donde los venden por 680 rupias el kilo (unos 0,04 euros).
El azufre que extraen, entre el más puro de Indonesia, se utiliza en la industria química y alimentaria.
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